Hacía mucho que no salía de noche. Hasta el sábado pasado, 18 meses concretamente. No os digo nada de lo bien que me vino ese ratito de desconecting y bailoteo con amigues.
Pero no venía a relatar mi hora y media de ‘desmadre’; más bien venía a contaros de lo que me acordé que ocurría cuando salimos de fiesta las tías. Me pondré un poco científica para la ocasión –que no sirva de precedente, por favor–.
En el mundo de la noche festiva, de jolgorio y alegría, las mujeres se encuentran con cuatro fenómenos dignos de explorar en profundidad. Las primeras aproximaciones han determinado que el alcohol y la sociedad machista en la que vivimos son un caldo de cultivo perfecto para que se den. A continuación los desarrollaremos en un lenguaje un poco más coloquial.
- Contacto visual nivel extremo.
Lo que en el super sería muy descarado como mirar intensamente a los ojos o hacer un repaso láser de arriba a abajo, en ambiente nocturno es lo mínimo que te vas a encontrar; es como si estuviéramos rodeadas de búhos intentando que les miremos de vuelta para sonreírnos, decirnos algo, acercarse, bailar con nosotras, molestar, etc. –Si eres uno de estos búhos, porfa, no te tomes el eye-contact como “quiero que vengas a conocerme”; esto no siempre es así, básicamente porque tengo derecho a ir por la vida viendo más allá de mis pies y puede que me cruce con tus ojos de pura casualidad–.
- Bromitas.
Bromitas varias de desconocidos con el fin de entablar conversación y ligar. ‘Eh! ponle a la rubia lo que pida!’ No, ponme lo que quiera él si ves que eso… El caso es que, efectivamente, te ponen lo que pides y él se va tan contento, como si todo en el mundo ocurriera gracias a él o peor, se queda dándote la turra con mierdas como ¿estás sola?’. Otra bromita típica es la de: ‘Eh! le puedes decir a mi amigo que blablabla? Es que es muy tímido’ No, no puedo; adios.
- Intentos de ligoteo de conocidos, colegas y amigos.
A las bravas y sin paños calientes o con indirectas y toqueteos, pero siempre con el buen rollito de fondo. Porque hace mucho tiempo que nos conocemos. Codo, codo, guiño, guiño. Que sí, que tienen novia. Que sí, que están casados. Ya, y con hijos también. Pero la noche le sigue confundiendo por lo visto. Y si lees algo de historia, verás que es así desde el mismo principio de los tiempos. Tienen más cerebro ahora? Correcto. Lo usan? ns/nc.
- Conversaciones profundas, indeseadas y/o innecesarias con amigxs, ex amigos o personas que se creen amigxs pero que ni de coña.
‘Pues en el colegio me tiraste una piedra tía, qué fuerte, míranos ahora… los niños es que son niños: mi primo pequeño, que blablabla...’ ‘Pues tu amiga me odia y yo, de verdad, es que te quiero mazo pero no puedo saludarte cuando vas con ella aunque en el fondo quiera, sabes? Además de que parece que blablabla..’
Yo os voy a decir una cosa: es difícil que estos fenómenos se extingan, pero ponerse bizca, decir que estás embarazada o que te cagas, puede funcionar. Algo que nunca funciona es decir que eres lesbiana. Los heterazos son muy de ‘qué asco de gays que se besan por la calle’, pero su historial de internet dice que las lesbianas no les parecen tan mal.
Y vosotras, qué? ¿Sabéis de lo que hablo? ¿Qué más mierdas de estas os suceden, señoras mías?
Muack for evriuan.
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