Lo que sé de la amistad a mis 26

El otro día entre amigos estuvimos hablando de la amistad y pude comprobar lo diferente que es esa idea para cada uno de nosotros: para uno es lealtad y apoyo incondicional, para otra es confianza e independencia, para otro es buenos ratos y ‘estar ahí’… 

Entonces  pensé ¿y para mi?

 

Así que empecé a reflexionar al respecto… Y llegué a varias conclusiones:

Nunca he sido de tener un único grupo de amigxs. Al moverme en distintos ambientes, he tenido distintos amigos o grupos en muchos sitios y los he ido conservando a lo largo de los años. No todos, está claro. 

Es por eso que, a veces, cuando una relación se rompe, me autoinspecciono en busca del error. ¿No soy buena? ¿Se han cansado de mi? Y mira, después de muchos años preguntándome lo mismo, he llegado a una conclusión: no soy perfecta, pero estoy mejorando.  Y si alguien se va de mi lado, por algo es, obvio. Pero de eso no puede depender mi autoconcepto. 

Por otra parte, mirando en retrospectiva, me admiro de lo bien que lo he hecho: cada vez estoy rodeada de mejor gente –para mí–. Ya no queda nadie insulso, ni aprovechado, ni egoista. Ya sólo queda gente a la que quiero, gente que me da ratos de risas y conversaciones profundas y maduras. Que me escucha y me frena los pies cuando es lo que toca. Y qué quieres que te diga: soy feliz.

 

En contrapartida, admitiré que en el camino he perdido yo también. Hay gente a la que quería que me quitó de en medio. No se si por fallos en la comunicación, por influencias malignas o porque no supe estar a la altura –hay que ser humilde–. Y me duele o me dolió. Pero dicen que la vida son etapas, y cuando se cierran, no siempre nos pilla preparadxs.

Lo último que saqué en claro fue que prefiero que me lo notifiquen, como los paquetes de Correos. Si encima de que no quieren ser más tus amigos no te lo hacen saber a las claras, sino dándote largas, apaga y vámonos: te acaban de hacer un favor. 

Así que todo esto reflexioné después de aquella conversación. Luego, por la noche, quedamos para cenar y jugar a Tabú. Íbamos a haber seguido con el debate de por la mañana…

Pero las risas ocuparon todo nuestro tiempo. 

 

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