Soy viejoven (ale, ya lo he dicho).

Hola, qué tal. No me voy a andar con paños calientes (qué raro, hija): Soy viejoven y lo reconozco.

Los viejóvenes nos diferenciamos del resto en algunas cosillas (que os cuento más abajo).   El mundo se podría clasificar en:

-Los que nos quieren porque somos enternecedores: les recordamos a sus abuelos.

-Los que nos odian: suelen ser nuestr@s amig@s, porque les hacemos salir poco, volver pronto, etc.

-Los que nos ignoran (oye, es así la vida). ¿Por qué? Porque estamos ennoviad@s, no estamos en el mercado, y no damos mucho que hablar los domingos en el aperitivo. ¿Por qué? Porque si podemos evitar salir los sábados, lo evitamos.

Y sin más preámbulo, aquí  dejo mi lista sobre los motivos por los que me siento viejoven (y me encanta):

• El ya citado ‘si puedo, no salgo’: no sé si porque donde vivo no me gustan los garitos o es más general, pero a mi dame un bol con palomitas, un brownie, o cualquier producto que se pueda ingerir/beber, y una serie/charla/libro, y FIN. Literalmente. Tú puedes irte a tomar por culo hacer cualquier otra cosa que te divierta si mi plan no te gusta. No, no sufras por mí, estaré bien. No, no quiero socializar, gracias. Adios.

• Las pintas: que igual influye un poco lo de estar pregnant. Pero es que antes de estarlo yo ya pasaba bastante del tema arregleison en general. Mi lema es: vaqueros y camiseta. Botas en invierno. Sandalias en verano. No lentejuelas, no terciopelo, no volantes, no cosas raras, evitación activa de tacones… Que todo eso es divertido un ratito (al año), pero cada 6 días, mínimo? Not for me, darling, not for me.

• Expresiones: ‘Hola, joven’ es mi saludo estrella. Da igual si es a mis abuelos o a mis primos pequeños. Me encanta. ‘¡Qué pasa, titi!’ también lo uso y es super noventero.

• Sentir felicidad de que llegue el invierno. Esto es de viejoven o de preñati, o de ambos. Que puede que te guste por la moda o por dejar de ir medio descalza. Pero que si te gusta el frío (manta&sofá for months) eres viejoven. Por lo menos al 50%.

• El amor profundo a la moda retro: los abrigos de antaño, los labios rojos, los cortes de pelo vintage, etc. Que todo eso ha vuelto y es actual, sí, pero yo me quedo con la melenaza de Julia Roberts en los 90. Es verdad también que del amor que siento por lo retro a que supere la pereza de ir a comprarme los outfit de turno, hay un abismo. Pa qué nos vamos a engañar.

• Y finalmente me viene a la cabeza la casi extinta costumbre que tengo y adoro, de comer como si el objetivo fuera engordar, como en la época de las tres gracias. Y eso, hoy en día (#mamifit #comefit #chicafit #coñofit), sí que es vintage (viejoven, vamos).

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