Inspirada por un blog precioso y duro a partes iguales.
Para los padres y las madres del mundo:
Queridísimos valientes que cargáis con tan bonita responsabilidad, me dirijo a vosotros injustamente, porque aún no pertenezco a vuestro colectivo. Me quedan un par de meses. Os escribo porque un blog escrito por un chico que sufrió acoso me ha tocado el corazón de una forma terrible.
Recuerdo cuando iba al cole, y recuerdo las ganas de algunos compis de hacérselo pasar mal a otros. Recuerdo que, igual no siempre, pero a veces fui quien habló con la profe más cercana, quien dijo ‘¡déjale en paz!’ , y aun así, me pesan mucho las veces que no hice nada…
¿Sabéis en qué consiste el acoso escolar o bullying? Seguro que sí. ‘Simplemente’ consiste en hacer sufrir de todas las formas posibles a una víctima, normalmente sin un entorno amistoso, introvertida, etc. Hacer sufrir sí que sabéis en que se traduce, ¿no? Pueden ser palabras (marica, ballena, mora de mierda, hija de puta, cuatro ojos), burlas, risas y mofas o violencia física o psicológica (pegar, humillar, escupir, golpear con balones, romper pertenencias, minar la moral).
Para más info sobre el bullying os envío a este post donde lo explican genial. Pero vamos: en el peor de los casos hablamos de suicidios. Sí, niños y adolescentes suicidándose por el acoso que sufren por parte de compañeros. Espero que hasta aquí coincidamos todos en condenar este tipo de actuaciones.
Ahora tengo algunas preguntas. La primera, si no os importa, la respondo yo:
- ¿os dolería si la víctima fuera vuestr@ hij@? Sin miedo a equivocarme, yo digo que ‘sí, por supuesto’.
- ¿Qué sentiríais si vuestr@s hij@s fueran los agresores? Es interesante que os planteéis qué haríais en este caso. Y sin embargo la que más me interesa que os preguntéis es:
- ¿QUÉ PASA SI VUESTROS HIJOS VEN UN CASO DE BULLYING Y NO INTERVIENEN? Siento mucho lo que viene, pero LO QUE PASA ES QUE SON CÓMPLICES DE BULLYING.
Espero que vuestros hijos e hijas sean del reducido grupo que reacciona ante las injusticias y situaciones de abuso, sin embargo la realidad es que entre vuestros hijos e hijas también están los agresores, las víctimas y los cómplices observadores.
No voy a entrar a valorar el entorno familiar; sabréis que los niños copian lo que ven en casa, tanto lo bueno como lo malo. Y con esto ya digo bastante.
Lo que realmente quiero con esta ‘carta’ es pediros algo: educad a los niños para que reaccionen. No dejéis que se queden impasibles ante el dolor ajeno; si no sabéis cómo hacerlo, buscad ayuda en educadores, psicólogos, pedagogos, etc, y recordad que aprenderán de lo que vean en casa: sois sus ejemplos a seguir.
Porque quizá un día la víctima de acoso y/o maltrato sea vuestr@ hij@, sobrin@, prim@, pareja, herman@; en el cole, insti, uni, trabajo, familia, y si llega lo peor, nos preguntaremos:
¡¿es que nadie lo pudo evitar?!