Había una vez una cría de 8 años que se subió a un escenario a bailar y le dijo muy seriamente a sus padres que de ahí ya no se bajaba. Que haría lo que hiciera falta.
Y lo hizo.
La niña ahora es una mujer que cumplió su sueño una temporada, que después se metió entre cajas para enseñar a otr@s a bailar y que ahora se retira, humildemente, a hacer otras ‘cosas’ con su vida.
Pero antes escribió un post sobre los beneficios de bailar para CUALQUIERA. Con todo el respeto y cariño hacia la disciplina y profesión que más la enseñó como persona.