Harry Potter y yo–just for freaks

Para todos aquellos que no entendáis de pasión potterhead, este artículo sólo os supondrá reíros de los frikis.

El 16 de noviembre estrenan la segunda parte de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos: Los crímenes de Grindelwald y he decidido contar ‘mi historia con esta historia’.

Quiero hacer un inciso antes de nada: Johnny Depp tiene un papel protagonista en esta nueva entrega. Esto sería muy top si no fuera por que está denunciado por tirarle un móvil a la cara a su ya ex-mujer. Ay, estos hombres –qué asquito dan–. Sólo eso, que lo sepáis. Sí, voy a ser hipócrita y voy a ir al cine a ver la peli. Pero antes quería denunciar públicamente al gilipollas de turno, que no sé por qué, escriba sobre lo que escriba siempre me topo con alguno.

El caso: mi historia con Harry Potter se remonta casi 20 años atrás, a mi 8º cumpleaños, cuando una prima segunda me regaló el libro Harry Potter y la Cámara Secreta. En esa época leía como “deberes” pero no por gusto. Con este libro descubrí la magia de la literatura, no al leerlo por primera vez, que, de hecho creo que no lo terminé…

Un año después estrenaban en el cine Harry Potter y la piedra filosofal y allí estaba yo, con mi tío y mi hermana, experimentando por primera vez en mi vida la sensación tan indescriptible de ponerle cara a personajes que sólo estaban en mi cabeza, en una historia que no conocía –porque os recuerdo que yo leí el segundo, no el primero–. Y desde entonces y para siempre, salí del cine enamorada de ese colegio, de esos amigos, de la búsqueda constante de aventuras y justicia. Me devoré el libro que había dejado a medias.

giphy

En cuanto pude, pedí que me regalaran el tercero, que es el libro con el que más me he reído de los siete –benditos Fred y George– y donde descubrí a Sirius Black, mi personaje favorito para siempre de todos los tiempos amén.

Después llegó el cuarto, el que parecía el último, con el que sufrí como pocas veces he sufrido viendo pelis o leyendo libros; recuerdo tener que leerlo en la cama con mi hermana; yo sola no me atrevía.

giphy1

Después hubo un parón hasta que sacaron el quinto. Sobrevivía con las pelis, y pasaron años –eternos– hasta que llegó el maldito quinto libro. Se me hicieron los ojos chiribitas cuando vi lo gordo que era, pero dio igual. Me lo terminé en una semana. Creo que incluso menos. Lo debí haber disfrutado más pero no podía parar de leer. Aquí sí que lloré. Madre mía. Ese Sirius de mi corazón… me dejó destrozada. Seguí leyendo compulsivamente para ver si volvía en sí, para ver si volvía, de cualquier forma. Y finalmente me dormí tristísima; no se me va a olvidar jamás la amargura que sentí tras esa muerte. Esa sensación de que ya todo daba igual. Sirius se había ido.

giphy2

Tras dos años, llegó el sexto libro. En los años de espera me releía los anteriores, ordenados o no, según me apeteciera y seguía sobreviviendo viendo una y otra vez las pelis. Así lo hago incluso ahora.

El sexto libro es la bomba, es una maravilla. Con los malos en marcha y dando caña y los buenos finalmente presentando batalla yo era jodidamente feliz. Fui lista y alargué un poco la lectura. Creo que me lo leí como en dos semanas o así. Y sí, claro, me quedé muy loca con el final, y por supuesto que sufrí y lloré, desconsoladamente además. Pero también me reí como una niña pequeña con ese felix felicis

giphy3

Y como no podía ser de otra forma, llegó el final. Llegó en forma de séptimo libro, con mil embrollos que resolver y la señora JK lo hizo de 10 una vez más. Y entonces fui feliz, porque me reconcilié para siempre con Snape, le pedí mil perdones en mi mente; adoré a Molly Weasley y a la profesora McGonagall; las llevo en mi corazón desde entonces, y agradecí la humanidad de Narcisa Malfoy, que fue determinante.

En realidad, aprendí mucho de muchos: la extravagancia de Luna, a la que admiraré profundamente por mantenerse así de antinormal; la valentía extrema de Neville y su sentido de la amistad, la presencia tan discreta de Lupin, que acabó descansando para siempre con Canuto y Cornamenta, de la mano de Thonks…

Tengo mil recuerdos preciosos relacionados con HP. El estreno de la sexta peli me pilló en Bruselas, y allá que fui. Me han hecho un cumple sorpresa temático de HP con todos disfrazados y mil regalos también de HP. Mi baby shower tuvo una tarta preciosa de HP, mi hijo tuvo bodies de HP, las vacaciones en Oporto las recordaré siempre como las que me llevaron a la librería Lello, la más bonita del mundo, donde se inspiró JK para escribir y describir los lugares, donde me compré la obra de teatro en inglés (Harry Potter and the cursed child) y me la leí en dos noches; la exposición con la ropa y el atrezzo que se usaron en las pelis –allí fui yo con mi monete bebé de 5 meses colgando de la teta– y finalmente, Animales Fantásticos, que lo tienen difícil –imposible, de hecho– para superar todo lo anterior, pero que ayudan a que este mundo que nos maravilló a tantos niños y niñas se mantenga vivo.

giphy4

Y para qué os cuento yo esto? Pues ni idea, la verdad. Sólo se que si algo me ha hecho feliz, lo comparto por si a alguien más le pudiera hacer feliz.

Porque de eso va la vida, no?

 

Imagen destacada

2 comentarios en “Harry Potter y yo–just for freaks”

  1. Me ha gustado tu articulo. Tengo que reconocer que no soy fan de Harry Potter…Nunca me llegó a enganchar pero entiendo la sensación que describes acerca de la saga. En mi caso me ocurrió exactamente lo mismo con el Señor de los Anillos y el Hobbit.

    Esas esperas interminables releyendo y buscando nuevo material para complementar…eso es una tortura pero a la vez es lo más feliz del mundo. Un saludo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.