
A mi ‘yo OGRO’: adiós
Que me quedo con lo bueno mío, reconozco lo malo y lo minimizo.
Que me quedo con lo bueno mío, reconozco lo malo y lo minimizo.
A ver, tod@s de acuerdo en que los defectos son malos, sí. Pero hay grados. De los peorcitos para mí, la envidia. Lo llevo fatal.
La tristeza no es tan mala. Déjate experimentarla.
Es lo que yo llamo el síndrome de la catedrática.
Por ellas y por tí, por el respeto que nos merecemos del resto y de nosotras mismas: cambia la perspectiva.
Con esta rica lengua que tenemos nosotros, los españolitos de mi coño, a veces ocurre que usamos unos términos en lugar de otros más acertados.
Inspirada por un blog precioso y duro a partes iguales. Para los padres y las madres del mundo: Queridísimos valientes que cargáis con tan bonita
Una amiga un día me dice que su novio le preguntó si iba a ir ‘así’ a comer donde sus cuñados. Con ‘así’ se refería
Estoy harta de ver gente que no se dedica a lo que le gusta o interesa, ni a nada que haya decidido por sí mismo,
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