Yo quiero una barra de pan

Están poniéndome las ruedas traseras del coche y mientras me ha dado por pensar…

Lo primero, tengo un hambre de flipar.

Luego he visto la cantidad de bebés y mujeres embarazadas que hay a mi alrededor, y jo, qué alegría.

Sin embargo hay un detalle que no se me escapa: la edad de las madres y los padres.

De entrada diré que me parece fantástico tener hijos, y no tenerlos. Y me parece igual de fantástico decidir tenerlos antes, o después.

Sin embargo sé de buena tinta que no todos los hijos se tienen más allá de los 30/35 porque se decida así, sino que hay un porcentaje ALTO de personas a las que no les queda otra opción que apurar hasta esa edad ahorrando, buscando una estabilidad que no llega a pesar de prepararse a conciencia para ello.

No pienso hablar de la mala gestión social, laboral, política y económica de este país. No escribo para eso.

Sé, además, que me cuento entre las afortunadas que se han quedado embarazadas de sorpresa y pueden seguir adelante con lo que viene.

Pero, para aquell@s indecis@s también sé algo que igual les interesa: dejad de esperar el momento perfecto porque no existe.

Como bailarina, como estudiante, como desempleada (o empleada en condiciones no regladas), este no es mi momento pero ni de coña. Sin embargo, como persona, y sobretodo como mujer, no podría estar más satisfecha con mi vida, embarazada con casi 25 años, a pesar de tener una carrera a punto de terminar y mil planes laborales en mente para el futuro.

Insisto en que sé la suerte que tengo: cuento con mi chico, con su sueldo, y con un sitio donde vivir. Pero desde luego, las condiciones no son perfectas, según las normas sociales de últimamente y el modelo de bienestar que ‘todo el mundo tiende a seguir’.

El caso es que a pesar de todo, y siendo prudente, creo que lo haremos bien como padres. Porque tenemos lo básico: las ganas.

Y creo también que acabaré mis estudios y conseguiré ejercer como psicóloga. Probablemente seré buena, fíjate lo que te digo…

Con esto sólo mando un mensaje de oveja descarriada feliz: el camino es el que cada uno decida. Y si no coincide con el de la mayoría, o coincide pero no en tiempo/espacio, pues mira, esa caravana y competencia que te ahorras.

Y después de esto, me voy a comprar una barra de pan para comérmela ahora mismo. Es la una de la tarde, pero tengo hambre. Una frutita sería lo ideal, ¿verdad?

Ya. Pero es que yo quiero una barra de pan.

(Y así, todo).

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