A C. con todas mis ganas:
Querida C: eres una de las mujeres de las que más se habla últimamente. Supongo que lo estás llevando como puedes. Ánimo.
Quería decirte un par de cosas: por una parte, que siento que hayas tenido que pagar los platos rotos de este fracaso de sociedad en que vivimos.
Por otra parte, que me daría igual si en las distancias cortas me resultaras insoportable, me daría igual si intentaras tirarte a mi novio, me daría igual si vistieras de forma explosiva, provocativa y sexy todos los días a todas horas; me daría igual si te gustara el sexo con uno con una o con 50, me daría igual si fueras todo lo contrario de lo que me parece una buena persona, me daría igual si pensaras como piensan aquellos que te culpan de lo que te pasó.
Seas quien seas y como seas: te creo, te apoyo y lo siento.
No sé por lo que estás pasando, pero mira, entre unas cosas y otras, me hago una idea.
Espero que, si no estás bien, que sería perfectamente comprensible, luches por volver a estarlo, que no tires la toalla.
Sin quererlo has sacado a relucir un tema en el que se esconde mucha caspa, mucha mierda.
Gracias.
Porque cada vez somos más las y los que ante un “igual ella lo consintió” respondemos, hacemos que se avergüencen por justificar lo injustificable, intentamos hacer recapacitar. Por supuesto no siempre lo conseguimos, pero en ello estamos.
Sin quererlo has ayudado a tu entorno a comprender de qué va esto del machismo. Incluso tú ahora, por desgracia, seguro que lo entiendes del todo.
Querida C: pase lo que pase por la vía legal, para muchas personas eres una superviviente, y ellos, unos mierdas, como los otros integrantes del grupo de Whatsapp y como cualquiera que se atreva a justificarles.
Por último, y ojalá ya lo sepas, pero no me quiero quedar con las ganas de decírtelo (porque a mi hermana le hace falta aún que se lo diga, a pesar de todo lo que ya ha superado):
TÚ NO TIENES LA CULPA.
