El (puñetero) qué dirán.

Estoy harta de ver gente que no se dedica a lo que le gusta o interesa, ni a nada que haya decidido por sí mismo, sino que se dedica a lo que no pudo dedicarse su madre/padre, o renuncia a su sueño porque “no te va a dar para vivir”, o “no seas perroflauta y estudia algo que te de pasta, tía”. Si tienes gente así a tu alrededor, huye.

Estoy realmente cansada de ver a quien arrastra a su vida adulta manías de papá y mamá que ni se ha planteado que sean necesarias, simplemente han sido inculcadas y viva el adoctrinamiento. Flexibilízate, o antes o después tendrás problemas con el resto del universo.

Me satura ver quien es una persona delante de unos y otra delante de otros. Y hablo tanto de adolescentes maleducados y tiranos en casa que fuera son encantadores con los amigotes, como de quien de cara a la galería va de fucker y en su entorno más íntimo es un imbécil. Pssst, pssst! Se ahorra mucho tiempo mostrándose tal cual uno es: antes te alejas de donde no encajas, antes encuentras un sitio donde sí.

hasta el coño.png
Me estresáis. 

A ver, que os voy a ayudar con estas cosicas. Para vuestra vida y pa mis nervios:

Si no te dedicas a lo que te gusta, vas a estar amargadx de por vida, titi. No hay una, hay mil opciones. Pero estudiar una ingeniería cuando te gusta la filología, el arte, etc, pues mira, igual no. Seguir con el negocio familiar del pueblo cuando amas viajar, pues a lo mejor tampoco. No, no le va a dar un síncope a tu primo Perico, no te van a odiar tus padres, y si lo hacen, el problema es suyo. ¿Has pensado en lo maravilloso que es hacer lo que quieres? No, porque sólo ves lo lejos que estás de ello gracias al miedo.

¿Que tu madre echaba la llave para ir a por sal a casa del vecino? Muy bien, pero que si no lo haces tú, a no ser que vivas en Chungolandia, tampoco pasa nada. Tómatelo con calma: al principio experimentarás cierta adrenalina, ‘uh, qué rebelde soy’. Se pasa a los pocos días. Y no, no hace falta hacer una digestión de dos horas antes de bañarse. 😉 De nada.

La idea es aprender que nuestros maravillosos padres hicieron cosas dignas de imitar y admirar, otras que estaban bien, pero también se pueden hacer de distinta forma, y otras que, directamente, estuvieron mal.

VALE, tú también te has dado cuenta. No son perfectos, sólo son tus padres. Y ahora sabiendo esto, decide qué quieres hacer como ellos, qué no hace falta que imites, y qué no quieres/debes imitar.

se diferente
‘Let’s be different, my friend’

Y a ti, que ayudas a cruzar a los ancianos, pero te pones como un basilisco con tu abuela: háztelo ver. Y a tus padres, también.

Que aparentar lo que no se es tiene un futuro escaso y un efecto repelente en el resto de personas. Que más vale querernos con lo bueno y lo malo que tenemos, que intentar ser perfectos allá donde vayamos. Además, te diré algo:

Entre lo que tú crees que es perfecto en una situación, lo que espera cada persona de ti en esa situación, lo que realmente haces dada la situación y lo que la gente interpreta que has hecho, hay muchos y grandísimos espacios para el error.

Entonces: ¿Merece la pena intentar agradar por el puñetero ‘qué dirán‘?

Imagen destacada

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.