De timbas de póker y sueños cumplidos

Yo creo que Jack al entrar en el Titanic tras ganar al póker estaba un poco como yo ahora mismo: sobrepasado y emocionado a partes iguales.

He ganado la timba de mi vida sin verlo venir.

Pronto hará un año que retomé mi carrera profesional como psicóloga. Pero el póker lo gané hace menos de dos meses cuando me di cuenta de que ya podía vivir de ello. Toma, billete para el transatlántico más grande del mundo, guapa.

Estoy emocionada porque mi trabajo recibe un feedback para llorar -de alegría-. Nunca podré agradecer lo suficiente la confianza que depositáis en mi. Es increíble que alguien se encierre conmigo en una sala dispuesto a mejorar su vida y lo consiga. Ser parte de eso es, sinceramente, un regalo.

También estoy emocionada por tener tantos frentes abiertos. Escribir un blog, pasar consulta, escribir para otros medios, colaborar con distintos profesionales, divulgar, hacer activismo. Estoy viviendo mi sueño; así de sencillo. He escrito un post para decir simplemente que estoy viviendo mi puto sueño.

Eso es libertad, colega.

Jack por su parte, subió al barco, vivió la historia de amor más sonada, tórrida y fabulosa del mundo, y luego murió de la mano de Rose, libres del gilipollas de Cal y habiendo echado un polvazo unas horas antes.

Sospecho que mi historia no va a ser tan taquillera. Pero créeme si te digo que hay que tener cuidado con lo que sueñas, porque igual un día ganas al póker.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.